"Parque de María Luisa"
José María Morón, Minero de estrellas
Es la hora esbelta en que la tarde anhela
Diluirse en pura sombra de jardines
Y aún trina en los senderos de canela
Su luz picoteada de carmines.
El aire enreda en lirio sus patines,
La fronda en lujo de abalorios vuela,
Y el agua pide a un cielo de jazmines
Su dicha azul de patio y de cancela.
Bécquer, de nieve, sueño y pensamiento
Su reiterada soledad apura
Íntimo en el suspiro del momento.
Bécquer, dormido en su mejor sonrisa,
Y ya la tarde toda sombra pura
En los jardines de María Luisa.
Glorieta de Bécquer en el Parque de María Luisa (fotos J. Romero) |
El poeta José María Morón (Puebla de Guzmán, Huelva, 1897- Madrid, 1966) obtuvo con su único libro publicado en vida, Minero de estrellas (Sevilla, Imprenta Piñal, 1933), el primer accésit en el Premio Nacional de Literatura, lo que le supuso un gran reconocimiento a nivel nacional. Muestra de compromiso social y con el regusto de la estética "neogongorina" de Gerardo Diego, supone la obra un hermoso canto a los obreros de las minas onubenses. Dado por muerto en 1936, Morón había logrado salvar milagrosamente su vida, que transcurrió a partir de entonces bajo la oscura apariencia de un funcionario aficionado a los experimentos poéticos, como lograr que todos los versos de un soneto tuvieran, además del mismo número de sílabas, la misma extensión, cuarenta y siete espacios, para darle -escribía- «categoría de sillar recién labrado». La excesiva preocupación formal y un léxico rebuscado caracterizan la poesía de su última etapa, de la que tenemos escasas muestras en las revistas Tajo y Brújula.
Los jardines de María Luisa, de Sevilla, formaban parte en un principio de los jardines privados del Palacio de san Telmo, y en 1893 fueron donados a la ciudad por la infanta María Luisa Fernanda de Borbón, duquesa de Montpensier. La Glorieta de Bécquer, situada cerca de su entrada principal, tiene como centro un impresionante ciprés de los pantanos (taxodium distichum) que da sombra al podium circular en el que se alzan el busto sobre pedestal del poeta romántico, ataviado con capa española; tres figuras femeninas sedentes, realizadas en una sola pieza de mármol y que simbolizan las tres etapas del amor (el ilusionado, el poseído y el perdido); y dos figuras en bronce: el amor herido, que yace al pie del poeta, y el amor que hiere, representado por un joven Cupido. La obra, a iniciativa de los hermanos Álvarez Quintero, sus principales patrocinadores, fue encargada al escultor Lorenzo Coullaut Valera e inaugurada el 9 de diciembre de 1911.
http://www.cervantesvirtual.com; José María de Mena, Sevilla, estatuas y jardines, Sevilla, Editorial Castillejo, 1993.
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