domingo, marzo 25, 2012

El lamento de Ariadna (IV)

Ariadna dormida, copia romana del s. II d. C., Museos Vaticanos
Escultura helenística

La escultura helenística se ocupó particularmente del tema de Ariadna dormida, contribuyendo de manera definitiva a establecer su iconografía. Probablemente la imagen más conocida de este período sea el mármol de los Museos Vaticanos, emplazado hoy en el Museo Pío Clementino, en un extremo de la Galería de las Estatuas, y que durante mucho tiempo, desde su compra en 1512 por el papa Julio II, estuvo en el Belvedere. 

Esta imagen fue identificada en un principio con Cleopatra en los círculos eruditos (la atribución se debe, al parecer, al humanista Baltasar de Castiglione) debido a la pulsera con forma de serpiente que luce en la parte superior de su brazo izquierdo, aunque otros la consideraron la representación de una ninfa, de hecho fue colocada a manera de fuente vertiendo agua sobre un sarcófago romano (luego una venera) en una especie de gruta. Esta última teoría fue refrendada por Winckelmann. Sería Ennio Quirino Visconti, a finales del s. XVIII,  quien hizo ver la semejanza indiscutible de la figura con la Ariadna abandonada por Teseo de un relieve hallado en la Villa de Adriano, en Tívoli, y algunas monedas acuñadas en Perinto en época imperial.
 
Cleopatra, Francisco de Holanda (h. 1538-1539)

Ninfa, Lorenzo Vaccaro (h. 1608-1614)
Se trata de una copia romana, del siglo II d. C., de un original del siglo II a. C. de la Escuela de Pérgamo. Representa a una joven recostada sobre una roca que apoya su cabeza sobre el brazo izquierdo mientras el derecho cae sobre la misma y deja al descubierto la axila. La desnudez de sus pechos contrasta con la rica vestimenta (túnica y manto) cuyos pliegues muestran un trabajo magistral. Sus piernas se cruzan a la altura de la pantorrilla. Esta incómoda postura parece hacer referencia al momento previo al despertar o al duermevela de la muchacha, y algunos estudiosos han querido ver en ella el reflejo de una fuente literaria distinta de las empleadas hasta entonces, y no conservada, aunque, desde nuestro punto de vista, muy bien puede ponerse en relación con una tradición de la que se haría eco el poeta latino Ovidio en su carta de Ariadna a Teseo (OVID. epist. 10, 6-12):

Tempus erat, vitrea quo primum terra pruina
Spargitur et tectae fronde queruntur aves.
Incertum vigilans, a somno languida, movi
Thesea prensuras semisopita manus;
Nullus erat. Referoque manus iterumque retempto
Perque torum moveo bracchia; nullus erat.


Era la hora en que la tierra de escarcha cristalina empieza
A regarse y, ocultos en el follaje, cantan su queja los pájaros. 
Casi despertándome, extenuada por el sueño, moví
Medio dormida mis manos dispuestas a abrazar a Teseo.
Nadie había. Y aparto mis manos y de nuevo las vuelvo a mover,
Y por el lecho muevo mis brazos. Nadie había.

En verdad era un torso incompleto (del pecho hasta las rodillas) que fue restaurado en el s. XVI siguiendo el modelo de la escultura del Vaticano. Trasladada la obra a los Uffizi de Florencia en 1787, hoy puede admirarse en el Museo Arqueológico Nacional, en la Villa Corsini de Castello, con cabeza y brazos dieciochescos.
Vista del jardín de la Villa Medici de Roma, Velázquez (h. 1630), Museo del Prado
Durante mucho tiempo se identificó igualmente con Cleopatra la Ariadna dormida de la Villa Medici de Roma, copia igualmente del s. II d. C., cuyo emplazamiento en sus jardines (Loggia di Cleopatra) conocemos gracias al famoso paisaje que Velázquez pintara en 1630.


Ariadna dormida, copia romana del s. II d. C., Museo Arqueológico Nacional de Florencia


Como Cleopatra yacente figuraba también en los inventarios del Palacio Riario la escultura adquirida por Cristina de Suecia durante su exilio en Roma (restaurada siguiendo el modelo de las dos obras arriba mencionadas) que luego sería comprada por Felipe V para el Palacio de la Granja y hoy podemos contemplar, recién restaurada, en la “Rotonda de Ariadna” del Museo del Prado.

Ariadna dormida, copia romana de h. 150-175 d. C., Museo del Prado
Miguel Ángel Elvira considera que la postura más erguida de la Ariadna vaticana y su giro hacia el espectador pueden estar motivados por un capricho de sus restauradores, y que, mientras el trabajo de pliegues de la Ariadna de El Prado debe ponerse en relación con modelos áticos, las otras dos, con sus “aparatosos nudos”, evidencian su relación con el estilo pergaménico del s. II a C.

Otras copias romanas de este modelo helenístico, si bien de menor tamaño al de las tres mencionadas, son la procedente de Wilton House que puede contemplarse hoy en el Museo de San Antonio (Texas), la de Villa Borghese que hoy exhibe el Museo del Louvre o la conservada en la Rhode Island School of Design (Providence), estas dos últimas con pose invertida.

Ariadna dormida, The San Antonio Museum of Art

Ariadna dormida, copia romana del s. II d. C., Museo del Louvre
La escultura de Ariadna del Vaticano fue una de las seleccionadas por Primaticcio (1540) para realizar moldes de yeso con vista a su fundición en bronce en el castillo de Fontainebleau en tiempo de Francisco I, aunque en el proceso sufrió una ligera variación: ajuste de la postura y ligero alargamiento de los miembros de acuerdo a los cánones vigentes en el momento. A partir de dicho bronce se realizaron numerosas copias y reducciones. Una copia en mármol, hoy en el Palacio de Versalles, fue realizada por Pierre Julien en 1768 durante su estancia en la Academia Francesa de Roma para intentar conseguir una pensión de Luis XIV demostrándole sus progresos (http://www.allposters.co.uk/-sp/Ariane-endormie-Posters_i7302149_.htm). Otra copia de plomo patinado, obra de John Cheere (1766), se encuentra en el Henry Hoare, jardín de Stourhead (http://www.flickr.com/photos/simon665/3844622107/). Tomas Jefferson adquirió una copia reducida (1805) para la galería de esculturas que planeaba en Monticello (http://explorer.monticello.org/text/index.php?id=3&type=4). Los agentes de Napoleón consideraron la Ariadna dormida del Vaticano una obra imprescindible para el gran museo que se planeaba hacer en París, adonde fue trasladada, pero a la caída del corso regresó a Roma.

-Miguel Ángel Elvira Barba, "Cleopatra o Ariadna: retorno a un debate superado", Anales de Historia del Arte, 2010 (http://readperiodicals.com/201001/2444594001.html).
- http://en.wikipedia.org/wiki/Sleeping_Ariadne
-Brunilde Sismondo Ridgway, Hellenistic Sculpture I. The Styles of ca. 331-200 B. C., University of Wisconsin Press, 2001.

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