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miércoles, diciembre 09, 2015

Una de alfajores de Medina Sidonia (II)



Pero, vamos con el alfajor asidonense. El erudito Thebussem rastreó en archivos para documentar su antigüedad, y escribía:

A fines del siglo XV asiste a la guerra o a las fiestas de un matrimonio; en el XVI implora la benevolencia de un coronel o enaltece la valía de una esclava; en el XVII agasaja a un monarca, y en el XVIII obsequia a un obispo, según notará usted por las indicaciones que siguen.
Don Enrique de Guzmán, segundo duque de Medina Sidonia, pide, en 2 de julio de 1487, al concejo, alcaldes y regidores de dicha población, que envíen al real de Málaga cincuenta vacas, cincuenta bueyes, doscientos carneros “e proveimiento de alajú desa mi cibdad”.
Doña Leonor de Mendoza Ribera, mujer del citado magnate, dice desde Sanlúcar de Barrameda, en 8 de noviembre de 1489, que, con motivo del casamiento de su hijo don Juan con doña Isabel de Velasco, le manden cuatro toros que sean muy bravos, y “dos canastas d´alajú que sea muy bueno”.
En abril de 1580 acordó el concejo que se regalasen al ilustrísimo Marcio Colona, lugarteniente de su tío Próspero Colona y coronel de la coronelía de los mil quinientos italianos que se hallaban en Medina Sidonia, “una carga de alfajores e quarenta ducados para guantes, para que se contentase con los alojamientos dados a su gente; e diez ducados e media carga para el mesmo efeto al capitán Ascanio Constantin”.
Por escritura otorgada en Medina, a 9 de febrero de 1582, vende Simón de Cote a Sebastián Sánchez de Cuéllar, vecino de Jerez de la Frontera, una esclava prieta, nombrada Catalina, de veinte años de edad poco más o menos. Advierte que no se verifica el contrato como el de bestia en feria o quesos en costal: asegura, por el contrario, que Catalina no es borracha, ni huidora, ni padece gota coral, ni mal de corazón, ni otra enfermedad, ni está endemoniada, y agrega “que es guisandera de habilidad de muchas cosas, y en especial de fruta de sartén, de huevos mexidos y de alfajor al uso de acá”.
Entre los gastos hechos por el concejo de Medina en marzo de 1624 para hospedar y agasajar al rey Felipe IV a su paso por dicha ciudad, se cuentan ocho ducados que se abonaron aJuana la Espadera por la arqueta de alfajores con papeles dorados e plateados, que presentó la justicia e rregimiento al licenciado D. Miguel de Cárdenas, alcalde de la jornada real, para que fuesen refacción de S. M. en su viaje a Tarifa”.
El secretario de don Fray Tomás del Valle, obispo de Cádiz, manifiesta a los curas y beneficiados de Medina Sidonia, por medio de atenta carta fecha el 6 de enero de 1739, la gratitud de su ilustrísimo y reverendísimo señor, “por los pavos y alfajores que le habían regalado en las últimas pascuas de navidad[1]”.





[1] En su reciente publicación La repostería tradicional de Medina Sidonia (Cádiz, Imprenta Repeto, 2007) Sebastián Montero anota que por boca de la actual superiora del convento de Jesús, María y José ha sabido que la madre Antonia de Jesús, fundadora en 1687 de esta casa de agustinas recoletas de Medina, obsequiaba a los campesinos que trabajaban las tierras propiedad del convento con alfajores de gran tamaño que elaboraban las propias monjas ayudándose, entre otros utensilios, de un mortero de mármol, pieza fundamental para el tronzado de almendras y avellanas en este dulce árabe. El autor recuerda entonces que los preceptos del Corán prohíben el contacto de los alimentos con elementos metálicos.

lunes, noviembre 30, 2015

Una de alfajores de Medina Sidonia (I)

Foto tomada de http://www.medinasidonia.es/medina-sidonia/reposteria/

Como el tiempo lo va pidiendo y hay amigos que no disponen del libro donde se incluye este pasaje (Jesús Romero Valiente, introd., ed. y notas, "Medina Sidonia y su cocina. Algunos recetarios del siglo XIX", Medina Sidonia, Puerta del Sol, 2008), van aquí las palabras que escribí por entonces sobre los alfajores de Medina, convenientemente dosificadas para no atragantarse. Alguno dirá que me gustan más las notas a pie de página que los alfajores, pero ése es otro cantar...
....................

El dulce más genuino y conocido de Medina Sidonia es su alfajor, de indudable origen árabe como testimonian su propio nombre (1) y los ingredientes que lo componen. El gastrónomo asidonense Doctor Thebussem en su trabajo Los alfajores de Medina Sidonia, escrito para responder a un amigo interesado en conocer las semejanzas entre el pain d´épices francés y el alfajor asidonense (“ninguna”, responderá), lo definía de este modo oponiéndolo a otros dulces con semejante denominación:

Diferénciase el alfajor medinés del de otros puntos de España, no tanto por el modus faciendi, cuanto en la forma, que de manera tan poderosa influye en el sabor de los manjares. No son aquí tortas colocadas entre obleas; es un cilindro o croqueta, de once centímetros de altura por dos de diámetro y cincuenta gramos de peso, revestida de azúcar y canela, y cubierta con un papel, humilde o vistoso, que la envuelve en espiral, plegándose con cierta elegancia en los extremos. Tal es el clásico bollo de alfajor de Medina, conservado en toda la pureza de su abolengo árabe y hermano carnal del que hoy se fabrica en Mazagan, Fez y otros puntos de África.

Hoy en día algunas empresas andaluzas dedicadas a fabricar dulces navideños han incorporado entre sus especialidades un “bollo de alfajor” que imita al de Medina, aunque sea de peor calidad. Unas obleas o “galletas” rellenas de masa de almendra, miel e higos denominadas “alajú” encontramos en Cuenca. Las “tortas de alfajor” son un producto típico de Valverde del Camino. Y con el nombre de “alfajores” encontramos en casi toda Latinoamérica, sobre todo en Argentina, dulces muy parecidos a estos de Valverde: los alfajores cordobeses tienen un relleno de frutas y un baño liviano de azúcar; los santafesinos llevan varias capas de masa crocante intercaladas con dulce de leche; los santiagueños, varias capas de masa cubiertas con merengue y decoradas con grageas de color; los alfajores de maicena de la campiña de Buenos Aires se rellenan con dulce de leche y se cubren con coco rallado; los de la costa atlántica, los más famosos, se elaboran con una masa de bizcochuelo, se rellenan con dulce de leche y se bañan en chocolate o azúcar. Sin duda estos alfajores americanos deben de tener su origen en los que llevaron, como reserva energética, los colonizadores españoles en su largo viaje por mar. Existió también una bebida llamada “alfajor líquido”, un mosto de vino aromatizado con manzanas, membrillos y abundancia de especias que acostumbraban a tomar los enfermos de sífilis durante su convalecencia.

(Continuará)

Notas
(1) De la etimología de esta palabra se ocupa el gaditano Adolfo de Castro en carta que remite al Doctor Thebussem el tres de enero de 1882. Apunta que en árabe se dice “al-hachou”, por lo cual la ortografía etimológica más exacta es “alfaxu”. “Las otras formas de `alaxur´, `alajú´, `alfaxur´ y `alfajor´ no pasan de ser alteraciones que han dado de sí los tiempos y el uso (…) Los árabes argelinos llaman a lo que nosotros alajú o alfajor `al-hachoua´”.
(2) Thebussem habla de ella en su respuesta de siete de enero de 1882 a la carta de don Matías de Alba, publicada en el apéndice de Los alfajores de Medina.

jueves, octubre 01, 2015

Thebussem (XLVII)

En la revista El Barrio de 2015, magníficamente coordinada como siempre por el profesor Miguel Roa Guzmán, hago la edición crítica y comentario de El mirlo, un cuento escrito por Rodríguez Marín y protagonizado por el Doctor Thebussem. Creo que es una historia poco conocida. Deseo que os guste.



El Barrio 2015 El Mirlo by jeromerova

sábado, abril 26, 2014

Un artículo de Thebussem sobre el patrimonio eclesiástico (I)



Reproducimos a continuación un artículo del Doctor Thebussem de especial interés para Medina Sidonia ya que en él se nos refieren varias "reformas" habidas en su tiempo en los muebles e imágenes de la Iglesia de Santa María la Mayor. Dedicado al profesor del Seminario de San Bartolomé de Cádiz don José María León y Domínguez,(1) se hace eco de la especial preocupación por los enseres, muebles y objetos religiosos existentes en sus iglesias por parte del obispo de Barcelona don José María de Urquinaona,(2) lo que le había llevado a redactar una circular sobre el particular y a promover los estudios artísticos entre los aspirantes al sacerdocio de su diócesis. 

Creo que viene al caso: desidia y desconocimiento por parte de los cuidadores del patrimonio, falta de gusto, enajenaciones, modernidad de Cataluña frente a Andalucía...

Circular del Obispo de Barcelona
(1879)
A don José María León y Domínguez

Señor y amigo mío:

El ilustrísimo prelado Urquinaona acaba de dar una prueba de su reconocido celo, de su talento y de su amor a las artes con la circular fechada en Villafranca del Panadés el 21 de agosto de 1879. Es objeto del Obispo de Barcelona poner coto a la destrucción y exterminio que, por ignorancia de las personas encargadas de su custodia, sufren los objetos artísticos e históricos que se guardan o forman parte de las iglesias y monasterios de aquella diócesis.

Mejor que yo sabe Vm. que los muebles de los templos cristianos tienen y conservan hoy un tipo especial, que varía notablemente del menaje de los edificios profanos, y que las cruces, los candeleros, los atriles, los libros, los bancos y hasta las últimas menudencias destinadas al culto, revisten una forma que las distingue de los objetos semejantes que se aplican a las necesidades o al lujo de la vida en el hogar doméstico. Dando por sabidos los más vulgares rudimentos de la arqueología sagrada, y admitida, como supongo que Vm. admitirá, la gran importancia, riqueza y valor histórico que en España encierra, no dudo que Vm. apreciará en todo lo que vale la circular de quien me ocupo. Mientras las naciones, o el desarrollo siquiera del gusto arqueológico no formen parte precisa de los estudios canónicos, como ya sucede en el Seminario de Barcelona, es necesario deplorar la incuria o mal gusto de los que debieron ser fieles guardadores de las bellezas y preciosidades artísticas que atesoran todavía nuestros templos, y es necesario también que el clero tenga en el adorno de los monumentos cristianos, la iniciativa que sea compatible con la nueva faz que ha tomado la vida de la sociedad moderna, tan diferente de la de los siglos medios.

Pero lo más importante, a mi gusto, en el escrito de que trato, es la prohibición de ceder o enajenar cualquier utensilio, libro, lápida, manuscrito, retablo, banco, etc. que se recomiende por su mérito artístico o por el solo sabor de su antigüedad. "A este fin (prosigue diciendo el Obispo), hemos de hacer observar que, aun cuando algunos de dichos objetos u otros análogos no tengan valor bajo el punto de vista meramente material, los siglos que cuentan de existencia y la consecuente estima que les van dando los estudios arqueológicos, de los cuales la Iglesia católica es la primera maestra, los colocan en la categoría de res pretiosae"; encargando a los curas párrocos y demás capellanes y custodios que no se desprendan de tales objetos ni procedan a su restauración sin obtener permiso de la Secretaría Episcopal, que lo dará según el dictamen que emita la Junta de dignísimas personas nombradas al efecto por su señoría ilustrísima, y cuya Junta ha de entender también en lo relativo a indumentaria, a fin de que desaparezcan para siempre las formas raquíticas, escuálidas, profanas y aseguradas de ciertas vestiduras sacerdotales". 

(1) El gaditano José María León y Domínguez (1838-1906) estudió en el Seminario de San Bartolomé, del que fue luego profesor y catedrático, impartiendo clases de Retórica, Poética, Humanidades, Teología, Filosofía y Literatura. En 1880 fue nombrado beneficiado de la catedral de Cádiz y en 1887, canónigo de la misma. Su labor literaria (Los mártires patronos de Cádiz, drama; El ángel de Puig-Cerdá, drama; Dimas, o la huida a Egipto, drama; De Cádiz a Roma, álbum descriptivo de la primera peregrinación española al Vaticano en 1876; Galería dramática infantil; Recuerdos gaditanos...) fue premiada con la pertenencia a la Real Academia de la Lengua y a la Academia de Buenas Letras de Sevilla. (cadizpedia)
(2) José María Urquinaona y Bidot (Cádiz, 1814 - Barcelona, 1883) se formó también en el Seminario de Cádiz, y se ordenó sacerdote en 1837. En 1868 fue nombrado Obispo de Canarias, y en 1877, de Barcelona, cargo que ocupó hasta su muerte. Construyó el nuevo seminario de Barcelona (1879), al que dotó de un museo de Geología y una academia filosófico-científica. Consiguió de León XIII la proclamación de la Virgen de Montserrat como patrona de Cataluña, y su coronación. Asistió al Concilio Vaticano I como secretario de los obispos españoles. Fue senador por la provincia eclesiástica de Cataluña (1879) y defendió en Madrid los intereses de la industria catalana. Se encuentra sepultado en la Basílica de la Merced de Barcelona, donde se le dio su nombre a una céntrica plaza.  (wikipedia)

martes, junio 18, 2013

Thebussem (XLVI)

Imagen actual de la ermita de los Santos Mártires. Iglesia mudéjar, nártex y dependencias adosadas
"Iglesia visigótica", un artículo poco conocido dedicado a la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia (IV)

Usted conoce el mérito y las virtudes del actual obispo de Cádiz, fray Félix de Arriete y Llanos,(1) y sabe que es de aquellas pocas personas para las cuales apenas hay palabras con que elogiar su valía. Yo he sido testigo de su modo de visitar la diócesis, de la manera patriarcal con que cumple las disposiciones del Concilio tridentino prout locus, tempus et occasio, y de aquella constancia en el trabajo que hace creer que al Obispo de Cádiz le es desconocida la significación de la palabra descanso.

Hace tres años que manifestó deseos de que no se viniese a tierra la ruinosa ermita de los Santos, y proyectó su reedificación, sin contar con más caudal que el caudal de su buen deseo, de su celo y de su constancia. Y es caso raro a mi parecer, señor don Aureliano, que en los años de 1869 y 1870, cuando tan lista y eficaz andaba en España la piqueta de los cobardes, soeces y estúpidos vándalos del siglo XIX para demoler monumentos artísticos, es caso raro, repito, que en dicho período haya tenido principio y fin la reparación del histórico templo de que me ocupo. Dado el impulso por el Obispo, apoyado por los señores curas medineses Pelufo y Corral y por el activo sacerdote don Juan Callealta, no faltaron limosnas y donativos de diferentes personas, y en especial del opulento labrador Martínez-Enrile,(2) con las cuales se ha conseguido terminar casi por completo la obra. Esta se ha verificado con inteligencia y acierto, y debo decir a Vm., por si le parece digno de hacerlo llegar a la Real Academia de la Historia, que han sido prolija y escrupulosamente separadas las repetidas costras de cal que cubrían las antiguas piedras, lápidas y columnas, y que las primitivas edificaciones del siglo VII se han restaurado con gran esmero y solamente en la parte indispensable para evitar su ruina, dejándoles air de vetusté y libertándolas del jalbegue que tanto enamora y cautiva los ojos de los andaluces; siendo todo ello debido a las disposiciones y especial encargo del Prelado, en quien corren parejos los sentimientos caritativos y religiosos con los históricos y con los artísticos.

El obispo Félix María de Arriete. Imagen tomada de http://liturgia.mforos.com/1699103/8007231-el-solideo/
Solicitó de Su Santidad indulgencias para los fieles que concurriesen a la inauguración de la ermita después de reparada, y las obtuvo por especial rescripto de Pío IX, dado en Roma el 28 de julio último.

En 8 del presente septiembre tuvo efecto la peregrinación al santuario; predicó el Obispo de Cádiz bajo la bóveda del cielo sirviéndole de púlpito una colina, y concurrieron miles de personas a esta romería, que duró desde el amanecer hasta bien entrada la noche. La descripción del entusiasmo de los asistentes, de lo pintoresco del sitio, de las tiendas de campaña con formas diversas en que el público se alojaba, la belleza y chiste de las andaluzas y el ruido y la animación que allí reinaron, sin la más leve sombra de profanación ni de desorden, resultaría agradable a trazarlo una pluma fina y discreta. La mía, y basta para prueba con lo que llevo escrito, es de ganso, y apenas si le quedan fuerzas para añadir a la presente misiva las seguridades de amistad, de gratitud y de cariño que a Vm. profesa

EL DOCTOR THEBUSSEM,

 Medina Sidonia, 15 de septiembre de 1871 años.


NOTAS DEL EDITOR
(1)  Félix María de Arriete y Llanos nació en Cádiz en 1811 y falleció en Chiclana de la Frontera en 1879. Ordenado sacerdote en abril de 1835 como fraile capuchino, fue destinado al convento de Écija, que hubo de abandonar por la Desamortización de Mendizábal. Volvió entonces a Cádiz, donde ejerció su ministerio en la Santa Cueva y en la iglesia de Santiago. Trasladado a Málaga en 1851, fue propuesto para arzobispo de Santiago de Cuba, cargo que no aceptó. Se consagró obispo de Cádiz y Ceuta en 1864 en el Palacio de Oriente de Madrid, siendo apadrinado por Alfonso XII, y en presencia del nuncio de Su Santidad. Durante su obispado se realizó, en 1866, el tabernáculo de la catedral de Cádiz. Permaneció en la ciudad durante los momentos más críticos de la campaña anticlerical del cantón y después del alzamiento republicano  abrió una suscripción popular para ayudar a los heridos de guerra. Tras serle admitida la renuncia a su cargo, se estableció en Chiclana, donde continuó su labor pastoral. En Medina Sidonia llevó durante muchos años su nombre la conocida popularmente como calle de La Loba.
(2)  Jerónimo Martínez-Enrile, agricultor y ganadero, fue comisario regio de agricultura de la provincia de Cádiz. Sus explotaciones alcanzaban las 6.500 hectáreas. Casado con doña Francisca Velázquez, viuda del también ganadero Domingo Varela, sus reses se lidiaron en Sevilla y Madrid. Era sobrino del vicario Francisco Martínez y Delgado, y dispuso en su testamento que su hijo Joaquín se encargara de la edición de la Historia de Medina que su tío había dejado manuscrita.

Imagen actual de la ermita de los Santos Mártires. Torre y edificación visigoda 

martes, junio 11, 2013

Thebussem (XLV)


Inscripción latina en el actual dintel de la puerta de la sacristía. Foto J. Romero

"Iglesia visigótica", un artículo poco conocido dedicado a la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia (III)

Constituye el dintel de la puerta de ingreso a la sacristía una piedra con ciertas letras que se han resistido hasta hoy a la perspicacia de los más hábiles epigrafistas. Diré a Vm. mis diligencias para aclarar este asunto.

En la Biblioteca Nacional de Madrid (Cc-46-P-193) se halla un MS, sin fecha, de letra del siglo XVII, que lleva este título(1)

De como la ciudad de medina sidonia
invoca y tiene por su patron particular
al apostol santiago (estrella, honor y
defensa de españa) desde 300 años a esta
parte, y se funda en la historia siguiente.

Refiere el papel la aparición del Apóstol saliendo de las almenas de la torre de los Santos para defender a una mujer acometida por los moros, y añade que “desde aquel dia los pobladores del castillo de Medina invocaban por su patron al santo apostol, y con más devocion veneraban por iglesia de cristianos la que antes juzgaban ser torre edificio de romanos, por estas letras que tiene en su portada de ninguno hasta oy entendidas:

LEPERORE VOMIT SED SACR

é intitularonla ermita de santiago del camino, por estar en el que va de sevilla a gybraltar”.

Consultado Velázquez en su viaje de 1753,(2) y el Anónimo del siglo XVII,(3) hallamos que uno y otro citan, pero no traducen, la dicha inscripción. En el año pasado de 1860 tuve la satisfacción de conocer y de acompañar en Medina Sidonia al doctísimo prusiano Emilio Hübner,(4) versado e inteligente como pocos en epigrafía, puesto que el objeto de su viaje era rectificar todas las antiguas inscripciones de Andalucía para la obra monumental que luego publicó el Instituto Arqueológico de Berlín, por orden y a expensas del todopoderoso Rey de Prusia, bajo el título de Inscriptiones Hispaniae latinae consilio et auctoritate Academiae litterarum regiae Borusicae edidit Aemilius Hübner…, Berolini apud Georgium Reimerum 1869.
File:Hubner p.jpg
El profesor Emil Hübner, wikipedia.org/wiki/Emil_Hübner

Pues bien, amigo mío, Hübner me dijo que no entendía ni una palabra de la inscripción, pero tomó copia de ella y ofreció enviarme noticias desde Berlín.(5) Como éstas no vinieron, me figuro que allí no lograron comprender el sentido de la leyenda de la ermita de los Santos. Recurrí entonces a la reconocida ilustración de Vm. acompañándole un calco de la piedra, y Vm. me contestó que había sido inútil su discurso para descifrarla, y que pensaba apelar al sabio Juan Bautista Rossi,(6) que era el Edipo de los monumentos cristianos, por si éste lograba desatar el enigma.

No sé si contribuirá a esclarecerlo o a enturbiarlo la circunstancia de que en el mes de agosto de 1871 se halló empotrado en uno de los muros de la ermita un fragmento de piedra de calidad semejante a la que nos ocupa, y en la cual parecer leerse con idéntica forma y tamaño de letra

CERACER.(7)

Tales son los pasos dados hasta hoy, lo que yo pueda averiguar no será Vm. el último en saberlo.

Por dos razones no he citado en esta disquisición al vicario D. Francisco Martínez García (Historia de Medina Sidonia: 1792). Es la primera, porque Vm. lo tendrá consultado, y la segunda y principal, que este autor, tan apreciable y de tanto mérito en algunas partes de su libro, desbarra y desatina cuando se trata de epigrafía y de bellas artes. El jeroglífico que hoy no aciertan a aclarar ni Hübner, ni Mommsen,(8) ni Henzen,(9) ni Vm. ni otros sabios, lo resuelve Martínez diciendo que “da a entender que un devoto hombre, llamado Lepero, reedificó la ermita y la ofreció a Dios”;(10) presume que por los años de 403 erigió San Paulino la iglesia de los Santos; en el monograma Christus, de la puerta de la torre, veía el vicario la abreviación de “año segundo”; en la cifra RFE solamente leyó RE, y entendió que quería decir refabricavit,(11) y, por último, omite un renglón entero en la copia de la inscripción que se halla en la columna de la ermita.

NOTAS DEL EDITOR

(1) Este manuscrito es objeto de edición y comentario en nuestro artículo “Un documento inédito sobre la aparición del apóstol Santiago en Medina Sidonia y el origen de su patronazgo sobre la ciudad”, que aparecerá en el número de 2013 de la revista El Barrio, ya en prensa.
(2) Se refiere al viaje por Andalucía del malagueño Luis José Velázquez de Velasco, marqués de Valdeflores, comisionado por la Real Academia de la Historia para recoger las antigüedades de Andalucía y Extremadura. La mayoría de sus manuscritos se encuentran en esa institución, donde Thebussem pudo consultarlos personalmente.
(3) No sabemos por el momento a qué obra se refiere Thebussem.
(4) Hübner fue comisionado por el gobierno prusiano para la edición de varios volúmenes del Corpus Inscriptionum Latinarum y, a partir de 1860, pasó largos periodos en la Península Ibérica recopilando y analizando inscripciones. Durante su labor mantuvo contactos con los estudiosos Eduardo Saavedra, Juan de Dios de la Rada, Aureliano Fernández-Guerra o Manuel Gómez-Moreno; colaboró activamente con la Real Academia de la Historia; y participó en el proyecto de creación del Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue nombrado académico correspondiente de la Real de la Historia el 22 de marzo de 1861, el mismo día que Mariano Pardo de Figueroa. Entre sus obras dedicadas a la epigrafía deben nombrarse: Inscriptiones Hispaniae Latinae (1869), Inscriptiones Hispaniae Christianae (1871-1900), Inscriptiones Britanniae Latinae (1873), Inscriptiones Britanniae Christianae (1876), La Arqueología de España (1888), Monumenta linguae Ibericae (1893), Exempla scripturae epigraphicae Latinae. A Caesaris dictatoris morte ad aetatem Justiniani (1885). 
(5)  La inscripción aparece recogida en Inscriptiones Hispaniae Christianae, Berlín, Georg Reimer, 1871, nº 87, p. 25, donde Hübner, efectivamente, confiesa que apenas puede entender una parte de la lectura que había realizado el canónigo sevillano Juan Nepomuceno González de León en su manuscrito Inscripciones que se hallan en Medina Sidonia este año de 1774: “Titulum idem sic legit LEPERORE·VOMI ESED SACR. Nihil intellego praeter sed(is) sacr(ae) fortasse vocabula”. Con todo, Hübner se confunde e introduce el epígrafe en el arco que ya dijimos que da paso al torreón de la ermita, como bien se observa en su dibujo.  En el Supplementum a la obra mencionada (Berlín, G, Reimer, 1900, p. 42) Hübner añade al referirse de nuevo a esta inscripción: De titulo hoc atque de reliquis Asidonensibus christianis verba fecit Marianus Pardo de Figueroa Asidonensis amicus, scriptor epistularum clarus et indefessus, quem propterea dicunt el cartero honorario Hispani, in epistula ad losephum Butron y Parra data, quae inserta est ephemeridi el Diario de Cadiz a. 1868; neque vero potuit explicare vocabula leperore vomii sed sacr. Emmanueli Gomez Moreno Granatensi visum est legi posse sepe rore vomit(i) sed(et) sac(e)r(dos), ut saepe rore vomiti sit pro lacrimis peccati; sedet autem significet sedet paenitens; vix probabiliter”. Junto al elogio de Mariano Pardo aparece la interpretación de Manuel Gómez Moreno, que no parece demasiado acertada. César Pemán, “El material visigodo de la ermita de los Santos de Medina”, Boletín del Museo de Bellas Artes de Cádiz, 14 (1930), pp. 31-36, propone la lectura (I)LLE PER ORE· VOMIT SED SACR(¿A?) y considera que el epígrafe “tiene cierto corte de verso de salmo o himno litúrgico”, pero nada más añade. La más moderna interpretación es la del padre Domingo Iturgáiz, Analecta Sacra Tarraconensia, 40, nº 2 (1967), pp. 209-296, quien considera la inscripción un fragmento de la que podía verse en el friso o baldaquino que rodeaba la fuente bautismal de la iglesia visigoda, y lee SEMPER ORE VOMIT, SED SACRO FONTE.    

Dibujo del epígrafe en Hübner. Como se ve, mezcla equivocadamente en una sola las inscripciones del arco y la del dintel
         (6) El arqueólogo italiano Giovanni Battista de Rossi (1822-1894), que había descubierto las catacumbas de San Calixto junto a la vía Appia, y se encontraba elaborando el corpus de inscripciones cristianas de  Roma, Inscriptiones christianae Vrbis Romae septimo saeculo antiquiores, 2 v., Roma, 1861-1888.
     (7) Enrique Romero de Torres en su Catálogo monumental de España. Provincia de Cádiz (1908-1909), ya citado, no da noticias de esta otra inscripción.   
     (8)  Christian Matthias Theodor Mommsen (1817-1903), el filólogo e historiador alemán autor de la Historia de Roma, que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1902.
(9) Johann Heinrich Wilhelm Henzen (1816-1887), filólogo y epigrafista alemán coeditor del Corpus Inscriptionum Latinarum junto a Mommsen y De Rossi.
   (10) Efectivamente, leemos en F. Martínez y Delgado, Historia de la ciudad de Medina Sidonia, Cádiz, Revista Médica, 1875, p. 169, esta interpretación: “LEPERO RE, vomit SED SACR. Que parece dá á entender, que lépero la reedificó ó renovó y ofreció a Dios”.
     (11) Como muestra el siguiente dibujo, la interpretación del Vicario Martínez (ibidem) de la inscripción de la entrada a la torre es bastante desacertada.




jueves, mayo 23, 2013

Thebussem (XLIV)


Torreón de la ermita de los Santos Mártires. Imagen de principios de siglo XX aparecida en el Catálogo Monumental de España, provincia de Cádiz (1908-1909), de Enrique Romero de Torres (lám. CXI)
"Iglesia visigótica", un artículo poco conocido dedicado a la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia (II)

En el pavimento de la ermita se halla una pequeña losa de mármol blanco, perfectamente conservada, donde se lee:

CEPVLCRO D
AL.º DELGADO
q. s. P.º MIA D DS
AÑO D 1556

Aunque esta piedra carece de importancia, la copio por la dificultad que puede ofrecer su completa inteligencia. Presumo que puede interpretarse así: Sepulcro de Alonso Delgado, que esperó misericordia de Dios. Año de 1556.(1)

Imagen actual de la mencionada inscripción. Foto J. Romero

La pieza que hoy sirve de sacristía y la torre a ella inmediata son las dos construcciones que subsisten, si no tales como las dejaron los visigodos, con pocas alteraciones posteriores, y ésas, si las hubo, debieron ser de tiempos inmediatos al año 1264, época definitiva de la conquista de Medina Sidonia a los árabes.(2)

La rudeza de la obra, el corte y forma de la bóveda y el curiosísimo arco de la puerta que conduce a la escalera de la torrecilla, sostienen y confirman tal creencia. Este arco, que es de un solo trozo de piedra, se halla adornado con bajo relieve de vegetales: en su clave lleva el monograma Christus y en las pechinas una cifra repetida, todo ello aproximadamente en esta forma:(3)

                        A   A
RFE                                       RFE


Arco labrado en piedra, cuadrangular, existente en la ermita de los Santos Mártires. Imagen de principios de siglo XX aparecida en el Catálogo Monumental de España, provincia de Cádiz (1908-1909), de Enrique Romero de Torres (lám. CXII)


Imagen actual del mismo arco. Foto J. Romero

NOTAS DEL EDITOR
(1)  Esta piedra con la inscripción bien legible, aunque cubierta parcialmente en uno de sus lados, se encuentra hoy en el umbral de la puerta que da paso a la zona más antigua de la ermita.
(2) Sobre la torre almenada concluyen Pedro Gurriarán Daza, Carlos Gómez de Avellaneda Sabio y Ángel J. Sáez Rodríguez, "El alminar califal de la Ermita de Santiago del Camino en Medina Sidonia (Cádiz)", AyTM, 9 (2002), que "fue en su origen una construcción islámica medieval, arruinada en su momento y reconstruida después como torre fortificada para dar protección a los campesinos de la zona. Se trata en concreto del único alminar de época omeya, con aparejo de soga y tizón de tipo califal, que se conoce hasta el momento fuera de Córdoba".
(3) Este acceso a la escalerilla del torreón se halla hoy tapiado, de suerte que el arco más bien parece arcosolio. Del mismo dice Enrique Romero de Torres en el Catálogo monumental de España, provincia de Cádiz (1908-1909), ya citado en anterior entrada: "Piedra cuadrangular en la que está esculpido un arco cuya archivolta, decorada con tallos floridos serpeantes, tiene en el centro o clave inscrito el crismón, dentro de pequeña circunferencia. En las enjutas del arco hay dos grandes círculos labrados en relieve, debajo de los cuales se ven como dos palmeras, una a cada lado, toscamente acusadas. En el espacio que media entre el círculo de la izquierda y el perfil exterior de la archivolta aparecen grabadas las letras RE y en el de la derecha sólo se distingue la R, sin vestigios de otra letra./ Está empotrada en el muro lateral del evangelio y casi tocando al rincón que forma con la pared del frente de la capilla que conserva el altar. Largo total de la piedra 1,60 m; altura, 0,81; anchura del arco, 0,91 m; ancho de la franja labrada, 0,16. / No se cita por Hübner y conjeturamos que perteneció a las pequeñas arcadas superiores del ciborio de la basílica, asentadas sobre columnas. Bajo este concepto cabe explicar los círculos o botones, de los que se descolgaba el velo que encubría el altar cuando en él no se celebraban los sagrados misterios". César Pemán, en "El material visigodo de la ermita de los Santos", Boletín del Museo de Bellas Artes de Cádiz, 14 (1930), pp. 31-36, dice que la decoración con tallos y racimos es una probable alusión eucarística que, junto con el aspecto del arco, podría hacer pensar que cobijaría el sagrario alojado en una oquedad, como el que se conserva tras el retablo de Santa María de Arcos de la Frontera. Nuestro estimado Carlos García de Paredes, ermitaño en los Santos y autor del libro Ermita de los Santos Mártires, Medina Sidonia (Cádiz), Cádiz, Excma. Diputación Provincial – Ayto. de Medina Sidonia, 2007, nos deleita en la visita al lugar con una más completa y personal interpretación de los símbolos. Nada se ha adelantado sobre la escueta inscripción de la que el Doctor Thebussem da una lectura diferente que no terminamos de ver. 

viernes, marzo 22, 2013

Thebussem (XLIII)


Imagen de principios de siglo XX de la ermita de los Santos Mártires. Como resultado de una rehabilitación, la techumbre mudéjar aparece oculta por una vulgar yesería, y las columnas están recubiertas de yeso sobre el que se ha realizado un burdo marmorizado. El ara romana que testimonia la consagración de la iglesia se observa nítidamente a la izquierda. La fotografía se empleó en el Catálogo Monumental de España, provincia de Cádiz (1908-1909), de Enrique Romero de Torres (lám. CXIII)
"Iglesia visigótica", un artículo poco conocido dedicado a la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia (I)

Con la edición del artículo “Iglesia visigótica”, escrito por Mariano Pardo de Figueroa en 1871, pretendemos colaborar al conocimiento de la parte de su obra que tuvo por objeto su ciudad natal y al aumento de la bibliografía existente sobre la ermita de los Santos Mártires de Medina Sidonia, ya que este trabajo, desgraciadamente, ha pasado desapercibido a la mayor parte de los estudiosos que se han ocupado de la misma. Publicado en la Primera ración de artículos del Doctor Thebussem (Madrid, Rivadeneyra, 1892, pp. 260-266), viene a compendiar lo que hasta ese momento se conocía del lugar, prestándose especial atención a la lectura de las inscripciones existentes, no obstante Pardo de Figueroa era académico correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1861 y había acompañado en 1860 en su visita a Medina Sidonia al epigrafista alemán Emil Hübner, que se encargaba en ese momento del estudio de las inscripciones latinas existentes en España para la elaboración del Corpus Inscriptionum Latinarum.

Iglesia visigótica

A don Aureliano Fernández-Guerra(1)

Mi querido y excelente amigo:

Pocas y de escaso interés serán las noticias que yo podré dar referentes a la ermita de los Santos Justo y Pastor,(2) o de Santiago del Camino (que con ambos nombres es conocida), situada en las inmediaciones de Medina Sidonia, provincia de Cádiz.(3) Y no lo achaque Vm. a carencia de voluntad en complacerle, pues sabe que la tengo y mucha. Pero falto de erudición y de ciencia, diré a Vm.  lo que sepa, sacado de autores de crédito y valía, esperando que Vm. no se llamará engañado por mi sincera confesión.

La ermita es obra gótica, o mejor dicho visigótica, construida por los años 630 de J. C., reinando en España Swintila (sic);(4) después ha sido reparada y reedificada, como le sucede a casi todos los monumentos de aquella lejana época. Lo que hoy constituye la iglesia, nada tiene de godo; se remontará, cuando más, a fines del siglo XV o a principios del XVI. En su formación entraron, sin duda, trozos y restos del antiguo templo, y de ello pueden dar prueba los cuatro curiosos capiteles que coronan las columnas empotradas en los muros del interior de la iglesia. La composición de tales restos guarda analogía con los diseños de los adornos arquitectónicos que forman el Álbum artístico de Toledo, publicado por el inteligente arqueólogo don Manuel de Assas;(5) de modo que, teniendo a la vista este trabajo y la curiosa historia de Mr. Seroux d´Agincourt,(6) podría sacarse útil enseñanza de dichas piedras que, a mi entender, pueden servir para fijar, no sólo la historia de este santuario, sino también la general de la arquitectura visigótica, cuyo estudio es aún reciente en la península española.

Dos capiteles de la ermita, Enrique Romero de Torres, Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Cádiz (Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 1934, FOTOGRAFÍAS, TOMO VII, láms. 627 y 628). En la versión definitiva de la obra la lámina 627 sería sustituida por un primer plano del capitel (lám. CXIV)

Forma una de las columnas de la ermita un ara romana que conserva en bajo relieve el preferículo(7) y la patera. En uno de sus lados grabaron la inscripción que, con más o menos fidelidad, copiaron Morales,(8) Flórez,(9) González de León(10) y otros.(11) Me valdré de la lección que en 1541 hizo el veraz cronista Pedro Barrantes Maldonado para sus Ilustraciones de la Casa de Niebla, que dice así:(12)

“Extramuros de la cibdad de Medina, en la cuesta que cae sobre la dehesa de los Cavallos, en la hermita de Santiago del Camino, está una piedra puesta por pilar de la yglesia, en quien los vecinos tienen tanta devoción por ciertos mártires que allí fueron martirizados é trasladados sus cuerpos, que la tienen tan raída la piedra para poner en nóminas, que ha sido causa para que los principios é fines de los renglones se puedan mal leer, la cual piedra es la siguiente:

HIC SVNT RELIQVI
…RVN CONDITE…
..ISTEFANI IVLIAN…
..ICI IVSTI PASTOR…
..VCTVOSI  AVGVRI
..LOGI ACISCLI ROM…
..I MARTINI QVIRICI
ET ZOILI MARTIRVM.
DEDICATA HEC BASI
..ICA XVII KAL
IANVARIAS ANNO SE
CVNDO PONTIFICA 
TVS PIMENI ERA DC
LXVIII."

La inscripción relativa a la consagración de la iglesia. Esta fotografía aparece en el artículo "La ermita de los Santos en Medina Sidonia", de Enrique Romero de Torres, B.R.A.H., t. 54 (1909), pp. 45-54 (p. 51); y luego en su Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Cádiz (FOTOGRAFÍAS, TOMO VII, lám. 626), aunque sería sustituida en la obra definitiva por otra con un encuadre más amplio (lám. CXV)
Puede traducirse de este modo: Aquí están guardadas las reliquias de (los santos) Esteban, Julián, Félix, Justo, Pastor, Fructuoso, Augurio, Eulogio, Acisclo, Romano, Martín, Quirico y Zoilo mártires. Fue consagrada esta iglesia el 16 de diciembre de la era 668,(13) el segundo año de ser obispo Pimenio.

Esta leyenda, cuya piedra debió ocupar otro sitio y no servir de columna, es de interés, no sólo para conocer la fecha de la consagración, y naturalmente la del origen del templo, sino también para completar el catálogo de los obispos asidonenses, entre los cuales ocupó muy distinguido lugar el expresado Pimenio.

Debo hacer una advertencia relativa a la inscripción de que me ocupo. En 11 de julio de 1779, hallándose en Medina Sidonia el obispo de Cádiz señor Cervera, mandó registrar la piedra para ver si en efecto existían en el ara las reliquias que en ella se explican, y habiendo sido el resultado no encontrarlas, hizo borrar completamente los ocho primeros renglones de la lápida que acabo de copiar. Si hemos de juzgar por esta herejía histórica y artística, la ilustración y las letras del buen prelado no debieron rayar a grande altura.(14) 

NOTAS DEL EDITOR

(1) Aureliano Fernández-Guerra y Orbe (Granada, 1816 - Madrid, 1891), dramaturgo, poeta, historiador, arqueólogo, epigrafista, crítico literario y editor de la obra en prosa de Quevedo (t. I, 1852; t. II, 1859) y de algunas obras de Cervantes y Francisco de la Torre, fue autor, entre otros, de los dramas La peña de los enamorados, El trato de Argel, El niño perdido, La hija de Cervantes, Alonso Cano, La Torre del Oro y, junto a Manuel Tamayo y Baus, La ricahembra. Colaboró estrechamente con Emil Hübner para formar el Corpus Inscriptionum Latinarum.  Secretario general de Instrucción Pública con el ministro Claudio Moyano, fue, entre otras cosas, anticuario de la Real Academia de la Historia,  miembro y bibliotecario de la Real Academia Española de la Lengua, miembro honorario del Instituto di Corrispondenza Archeologica de Roma, y de la Société Française d´Archéologie.

(2) Los santos Justo y Pastor fueron martirizados y ejecutados en Complutum (Alcalá de Henares) en el año 304 por orden del gobernador Daciano durante la persecución de Diocleciano. Tenían siete y nueve años, respectivamente, y se habían negado a abjurar del cristianismo.
(3) Es tradición que en los prados que se encuentran frente a la ermita se apareció el apóstol a los cristianos en una escaramuza habida con sarracenos. En esta ermita, que se halla al pie del camino que unía por el interior Cádiz y Algeciras, los musulmanes permitieron el culto cristiano durante su ocupación de Medina Sidonia. La imagen de Santiago ocupa el ático del retablo mayor, y los símbolos santiaguistas son bien visibles en la decoración del templo.
(4) Fue rey de los visigodos entre el año 621 y el 631.
(5) Manuel de Assas, Álbum artístico de Toledo escrito por don…, ilustrado con láminas ejecutadas por artistas distinguidos y publicadas por don Doroteo Bachiller, Madrid, Litografía de D. Bachiller – Imprenta de Julián Saavedra, 1848. Thebussem debe de referirse a los capiteles del patio segundo del Hospital de Santa Cruz o de la iglesia de San Román, que aparecen dibujados en esta obra con gran detalle.
(6) Jean Baptiste Louis Georges Seroux d´Agincourt, Histoire de l'Art par les Monumens, depuis sa décadence au IVe siècle jusqu'a son renouvellement au XVIe, París, Treuttel et Würtz, [1811]-1823.
(7) La jarra de bronce que se empleaba en la antigua Roma para contener el vino de las libaciones durante la celebración de sacrificios.
(8) Leemos en La coronica general de España que continuaba Ambrosio de Morales… prosiguiendo delante de los cinco libros, que el Maestro Florian de Ocampo… dexo escritos, Alcalá de Henares, Juan Íñiguez de Lequerica, 1574, p. 742, la interpretación que  presentamos en la imagen que sigue; y en La vida y martirio de los santos mártires Justo y Pastor, Opúsculos castellanos de Ambrosio de Morales (ed. Francisco Valerio Cifuentes), Madrid, Benito Cano, 1793, p. 25, esta otra: Hic sunt reliquiarum conditae/ Stephani, Juliani, Feli-/ cis, Justi, Pastoris, Fructuosi,/ Augurij, Eulogij, Aciscli, Ro-/ mani Martini, Quirisci, &/  Zoyli Martyrum./ Dedicata haec basilica. XVII./ Cal. Januarias, anno II. Pon-/ tificatus Pimeni, Era. D C-/ LXVIII.
 


Lectura de la inscripción en la Coronica... de Morales
(9) Enrique Flórez, España sagrada. Theatro geographico-historico de la iglesia de España, t. 7 (Madrid, Antonio Marín, 1751, p. 186); y t. 10 (Madrid, Viuda e hijo de Marín, 1792, 3ª ed., p. 57).
 
Lectura de la inscripción en España sagrada... de Flórez
(10) Debe de referirse al cronista de Sevilla Félix González de León (1790-1854).
(11) Entre quienes se preocuparon de esta inscripción contamos particularmente a don Antonio Ponz, quien, en el tomo XVIII de su Viage de España (Madrid, Viuda de don Joaquín de Ibarra, 1794, pp. 69-70) escribe: “Por lo que respecta á la antigüedad de su Obispado, y á uno de sus Prelados, me ha dado esta copia el Señor Don Francisco Bruna, como existente en una Ermita fuera de la Ciudad, que tambien trae Morales: Hic sunt Reliquiarum conditae/ Stephani, Juliani, Felicis, Justi,/ Pastoris, Fructuosi, Augurii,/ Eulogii, Aciscli, Romani Mar-/ tini, Quirisci, et Zoili Marti-/ rum./ Dicata haec Basilica. XVII./ Cal. januarias, Anno II Ponti-/ ficatus Pimenii, era DCLXVIII".
El vicario Francisco Martínez y Delgado, en su Historia de la ciudad de Medina Sidonia (Cádiz, Imprenta de la Revista Médica, 1872, pp. 169-170) hizo una lectura un tanto errónea: "Hu SUNT RELIQVI/ ARM CONDITE…/ …STEPHANI. JULANI Fel-/ ICIS. JUSTI PASTORis Fru-/  CTVOSI AVбVRii EV/ SOбI. ACISCLI. ROMan/ I. MARTINI QUIRICI ET/ ZOYLI. MARTIRUM/  DEDICATA. HEC BASILI/ CADXVII KAL./ JANVARIAS ANNO SE/ CUNDO PONTIFICA/ JUS PIMENI. ERA dc/ LXVIII".
Años antes Rodrigo Caro (Antigüedades y Principado de la ilustrissima ciudad de Sevilla. Y chorographia de su convento iuridico o antigua chancilleria, Sevilla, Andrés Grande, 1634, p. 125), confesando seguir a Ambrosio de Morales en los datos relativos al epígrafe, coloca por un lado el texto de la dedicación del templo por Pimenio, lo que hoy se conserva; y por otro, un texto muy diferente que dice que se encuentra en una ermita fuera de la ciudad (¿?), relativo a reliquias de santos martirizados en el consulado de Decio Elio.
(12) Las Ilustraciones de la Casa de Niebla de Pedro Barrantes Maldonado cuentan hoy con una moderna edición (“Colección Fuentes para la Historia de Cádiz y su provincia”, Cádiz, Universidad de Cádiz, 1998, vid. p. 331). En ella leo: “HIC SVNT RELIQUI/ …RM CONDITE. I. D./ …ISTEFANI JULIAN…/  ...ICI. JUSTI. PASTOR…/ ...UCTUOSI.  AUGURI/ ...LOGI. ACISCLI. ROM…/ ...I.  MARTINI. QUIRICI/ ET ZOILI. MARTIRUM./ DEDICATA. HEC BASI/ ...ICA XVII. KAL./ JANUARIAS. ANNO SE/ CUNDO PONTIFICA/ TUS PIMENI. ERA DE LXVIII.” Debe decir DC, no DE.
(13) 16 de diciembre de 630. Pimenio fue obispo de Asido entre el 629 y el 646, participó en el cuarto Concilio de Toledo (633) y en el sexto (638); al séptimo (646) envió un representante. Consagró, además de la ermita de Medina Sidonia, la de San Ambrosio de Vejer (644), otra en Salpensa (648) y la de los Santos de Alcalá de los Gazules (662).
(14) La inscripción es todavía legible (sólo 25 cm de los 66 cm que tenía la cartela originaria) en el cipo que sirve como basa de la segunda columna de la nave del evangelio. Emil Hübner, en su visita a Medina en 1860, ya la encontró muy deteriorada (Inscriptiones Hispaniae Christianae, Berlín. Georg Reimer, 1871, p. 24, núm. 85) y la reconstruyó e interpretó a partir de los testimonios antiguos tal y como reflejamos en la imagen que ofrecemos. Enrique Romero de Torres, en su  Catálogo Monumental de España, provincia de Cádiz (1908-1909), Madrid, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 1934, pp. 268-269, la reconstruye: “[†Hic sunt reliquie/ s(an)c(to)r(u)m condite, id] e (st) Stefani, Iuliani,/ Felici, Iusti, Pastoris,/ Fructuosi, Auguri,/ Eulogi, Aciscli, Roma/ ni, Martini, Quirici/ et Zoyli martirum.]/ Dedicata hec basi/ lica d(ie) XVII kal(endas)/ Ianuarias anno se/ cundo pontifica/ tus Pimeni, era DC / LXVIII”. Y la traduce: “Aquí se depositaron reliquias de los santos Esteban, Julián, Félix, Justo, Pastor, Fructuoso, Augurio, Eulogio, Acisclo, Romano, Martín, Quírico y Zoilo, mártires. Esta basílica se ha dedicado en el día 16 de diciembre, año segundo del pontificado de Pimenio, era 668”. Prosigue: “El día de la dedicación del templo y la consagración del ara cayó en domingo, según lo ordenaban los cánones. Contaba en 16 de diciembre de 630 Pimenio el año segundo de su propia consagración episcopal (…) Nombra la inscripción trece santos, cuyas reliquias o partecillas de sagrados huesos henchían la pequeña excavación o receptáculo abierta en la faz eminente del ara”.    

Lectura y reconstrucción de Hübner

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