La conocí una tarde
con su guitarra cazaba boleros
tenía puesto un jean
y una rosita amarilla en el pelo.
"¿Qué vas a hacer?", me preguntó sonriendo.
"¿Lo que tú quieras?", respondí;
fuimos al mar y mojamos los sueños.
Guiñé mis ojos, y un delfín
pintó una ola rizada en su pecho.
con su guitarra cazaba boleros
tenía puesto un jean
y una rosita amarilla en el pelo.
"¿Qué vas a hacer?", me preguntó sonriendo.
"¿Lo que tú quieras?", respondí;
fuimos al mar y mojamos los sueños.
Guiñé mis ojos, y un delfín
pintó una ola rizada en su pecho.
Luego reí, y rompimos el hielo,
y rompimos el hielo;
nos mordimos los dedos,
nos mordimos los dedos,
como viola en un solo de chelo.
y rompimos el hielo;
nos mordimos los dedos,
nos mordimos los dedos,
como viola en un solo de chelo.
Eres como una hormiguita
que me besa y me pica,
que recorre mi espalda
y se acuesta en mi barba
a estudiar geografía.
que me besa y me pica,
que recorre mi espalda
y se acuesta en mi barba
a estudiar geografía.
Eres como un trapecista
que atraviesa mi lengua,
y tu circo de flores me carga y me suelta
perdiendo la cuenta,
perdiendo la cuenta.
que atraviesa mi lengua,
y tu circo de flores me carga y me suelta
perdiendo la cuenta,
perdiendo la cuenta.
Y tuve ganas de llorar
pero tan sólo en mi ojo derecho.
Ella hablaba de la luna y de Chopin,
y yo tocaba el preludio de un beso.
pero tan sólo en mi ojo derecho.
Ella hablaba de la luna y de Chopin,
y yo tocaba el preludio de un beso.
Luego reí, y rompimos el hielo,
y rompimos el hielo;
nos mordimos los dedos,
nos mordimos los dedos
como viola en un solo de chelo.
y rompimos el hielo;
nos mordimos los dedos,
nos mordimos los dedos
como viola en un solo de chelo.
Eres como una hormiguita
que me besa y me pica,
que recorre mi espalda
y se acuesta en mi barba
a estudiar geografía.
que me besa y me pica,
que recorre mi espalda
y se acuesta en mi barba
a estudiar geografía.
Eres como un trapecista
que atraviesa mi lengua,
y tu circo de flores me carga y me suelta
perdiendo la cuenta
perdiendo la cuenta,
que atraviesa mi lengua,
y tu circo de flores me carga y me suelta
perdiendo la cuenta
perdiendo la cuenta,
ía...
Desde su primer álbum de 1984 (Soplando), fusión de merengue y jazz, Juan Luis Guerra, con su grupo 4.40, formado por Maridalia Hernández, Mariela Mercado y Roger Zayas-Bazán, no ha dejado de deleitarnos con composiciones inolvidables: "Si tú te vas" o "Por eso ahora", en Mudanza y acarreo (1885); "Amor de conuco", "Me enamoro de ella" o "¡Ay, mujer!", en Mientras más lo pienso... tú (1987); "Visa para un sueño" u "¡Ojalá que llueva café!", que da título a su cuarto álbum (1989), con el que alcanzó fama internacional; las tan populares "Burbujas de amor", "Como abeja al panal" o la propia bachata (ritmo hasta entonces desconocido fuera del ámbito dominicano) que da nombre a Bachata rosa (1991) y que, a fuer de repetirse en emisoras, bares y discotecas, muchos terminaron aborreciendo; "Coronita de flores" o "Rompiendo fuente", en Areíto (1992); o este "La Hormiguita" de su trabajo Ni es lo mismo ni es igual (1998), con el que volvió a las listas de éxitos.
"Si tú no bailas conmigo", "Como yo", "Bendita tu luz" (con el grupo Maná...), "Mi bendición"...
Preciosas metáforas siempre.
Preciosas metáforas siempre.
Vaya Jesús, me has dejado sin palabras, Juan Luis Guerra es, aparte de un gran cantautor y músico, es un gran poeta comprometido con su tierra Dominicana.
ResponderEliminarSú música y letras no tienen nada que ver con el reggeton caribeño.