domingo, abril 26, 2009

Esculturas romanas (IV)


























El togado del Ayuntamiento (I)

El 24 de mayo de 1926 el Ayuntamiento de Medina Sidonia remitía a la Real Academia de la Historia un oficio firmado por su alcalde don Antonio María de Puelles en el que daba cuenta del reciente hallazgo, durante las obras de renovación del alcantarillado de la calle Padre Félix (hoy, La Loba), de una escultura de época romana que representaba a un togado. En el documento se transcribe literalmente el acuerdo adoptado sobre el particular por la Comisión Permanente del Ayuntamiento celebrada el 20 del mismo mes. Dice así (corregimos la ortografía):

Dada cuenta por el Señor Alcalde que con motivo de la obra de ejecución del plan de alcantarillado, al profundizarse la canalizacion de la calle Padre Félix y destruirse la cañería antigua, se encontró el día 11 de los corrientes, una estatua de mármol blanco sin cabeza ni brazos, que debieron hallarse colocados en las oquedades que se advierten en dicha estatua, la que tiene una altura desde la base al principio del cuello de 2 metros y 825 milímetros; y que tal estatua representa un magistrado romano con su túnica y toga, teniendo a los pies una caja cilíndrica y esculpida debajo de la base de la estatua una inscripción con esta leyenda (véase imagen arriba); siendo el estilo el helenístico propio del arte romano; y expuesto asimismo por el Señor Presidente que tal monumento arqueológico pertenece al Estado con arreglo a lo dispuesto en la ley de 7 de julio de 1911 y Reglamento de 1º de marzo de 1912, sin perjuicio del derecho que tiene esta Corporación al percibo del valor del total en que sea tasado y a la custodia en depósito de tal objeto arqueológico; S. E. acordó se participe tal descubrimiento por conducto del Excmo. Señor Gobernador Civil al Excmo. Señor Ministro de Instrucción Pública, Director General de Bellas Artes, Reales Academia de la Historia y Bellas Artes y Delegado de la Junta Superior de Excavaciones de esta provincia, y solicitar del Excmo. Señor Ministro conceda al Excmo. Ayuntamiento de Medina Sidonia el depósito y custodia perpetua del monumento arqueológico de referencia para que se ostente en esta localidad como clara memoria de su antigüedad e importancia histórica, sirviendo de ornato al jardín pequeño de este municipio donde se hallaría preservado con la verja que en la actualidad existe y encuadraría con el conjunto del jardín, siendo así que en ellos se situaba en la antigüedad dichas estatuas, cuando eran sepulcrales como es probable lo sea ésta.  


Como vemos, el acuerdo tiene el propósito fundamental de dar cuenta del hallazgo y solicitar que la pieza se quede en la ciudad. Su emplazamiento sería el llamado “Caminillo Chico”.
Sobre los detalles de la pieza se añadía:


La caja cilíndrica que se halla labrada como el resto del monumento, en el mismo bloque de mármol blanco, tiene una altura de 35 centímetros y de diámetro 240 milímetros, hallándose adornada por una cinta en forma sinuosa, y corresponde tal objeto a simbolizar la cualidad de magistrado encargado de aplicar las leyes, que se suponen contenidas en la caja, pues, como es sabido, se extendían tales documentos en largas cintas de cuero, pergamino, vitela, papiro, etc., enrollándose en una vara y desarrollándose para su lectura. En cuanto a la anatomía, obsérvase que el tamaño del hombre esculpido es superior al normal, pues, aun contando con el mayor desarrollo y robustez de nuestros antepasados, no llegaron a tener de estatura más de dos metros que tendría el representado en la estatua de ser exacto el tamaño del simulacro al del modelo; pues por lo demás los miembros se hallan esculpidos con gran propiedad anatómica y en la misma pureza de línea se hallan expresados los pliegues y demás partes de la indumentaria.

Y sobre la inscripción incluso se apuntaba una posible interpretación:

Llama la atención por lo desusado la única inscripción que aparece debajo de la base de la estatua. Dibujada la inscripción en ese sitio no visible después de emplazada la estatua, es de suponer que grabó esa leyenda algún oficial del escultor, con la intención de recordar a las generaciones venideras, fecha referente a la muerte del honorificado con el privilegio de imagen pues el trazado de las letras es rudo e incorrecto y en particular la L se halla colocada en forma invertida así ┘; la primera X tiene el ángulo superior mucho mayor que el inferior y la D se halla trazada con gallardía teniendo ligada una C cuyos trazos en vez de ser curvilíneos son semirectilíneos, entendiendo el que suscribe que leído todo en esta forma L X I I X D C parece haberse querido expresar que el honrado con la estatua murió a los 62 años, en el 590 de la fundación de Roma o los 164 antes de Jesucristo.

Don Antonio María de Puelles no descartaba que en las proximidades de la calle Padre Félix, cercana a la Calzada, pudiesen encontrarse enterramientos romanos ya que en la misma zona se habían producido otros hallazgos arqueológicos de parecida índole.

Sobre el pedestal de la estatua sólo podía suponer que sería semejante a los que se encontraban desde antiguo empotrados en la portada del trascoro de la Iglesia de Santa María la Coronada. No se encontraron cabeza ni manos de la escultura, pero los deterioros que presentaba eran mínimos: “La caída de la estatua no la destrozó grandemente, salvo la punta del pie derecho que se halla bastante cortada en forma que revela es ajena a la voluntad del hombre tal fractura”.




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