Retrato de Fernando VII, rey de España y de las Indias, grabado de Miguel I. Gamborino (1823) |
Baila-Bonita, un gaditanísimo y verídico cuento del Doctor Thebussem (4)
Cuatro palabras sobre el rey Fernando VII. Ya le llegará el día de las alabanzas, como le ha llegado a don Pedro de Castilla. Creo que ni hecho de encargo ha existido monarca más propio para gobernar españoles del siglo XIX. Éstos han dado pruebas claras y evidentes de rechazar los sucesivos imperios de Carlos IV, de Godoy, de José Napoleón, de las Juntas Supremas, de los Carlos V, VI y VII, de María Cristina de Borbón, de Espartero, de Isabel II, de los Gobiernos Provisionales, de Amadeo I, de la República, etc., etc., y sólo han aclamado y deseado a su rey Fernando. Me figuro que ni el mismo Job hubiera sufrido impasible lo que aguantó el Monarca de Castilla, luchando y reluchando con la Constitución y con la Gracia de Dios. Y que no siempre faltó a su palabra, se justifica con la Cédula Real que en 30 de enero de 1824 hizo escribir a don Francisco Tadeo de Calomarde, por la cual DON FERNANDO SÉPTIMO POR LA GRACIA DE DIOS, rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, etc., a impulsos de su paternal corazón, y a ruegos de
PERSONA DE VIRTUD Y CIENCIA,
concedía indulto particular a Francisco García (a) Baila-Bonita, penado en las Cuatro Torres del Departamento de Cádiz.
No hay duda de que la persona de VIRTUD y CIENCIA era el Chato; su VIRTUD fue el amor fraternal; y su CIENCIA la de freír pescado, que lo hacía a las mil maravillas.
Anuncio de freiduría gaditana en la prensa de 1917 |
Porque conviene decir que las freidurías gaditanas, aun cuando no se hallen en el Diccionario, son una especialidad. Casi todas las existentes vienen transfiriéndose a modo de vínculo de unos a otros poseedores por medio de traspasos pagados a peso de oro. No es lícito abrir un nuevo establecimiento de este género sin formar largo expediente en el cual los vecinos declaran que no les molesta ni perjudica el olor del humo y del aceite; se necesitan, pues, relaciones y valimiento con la autoridad, y además gastar tiempo, dinero y paciencia para conseguirlo. Y si una vez conseguido se juntan bajo un techo la freiduría y la taberna, dirigidas por hombre perito y aseado, el negocio rinde utilidades semejantes a las de la buena droguería enlazada con la buena botica. El pescado de freidor es inimitable; se distingue del que preparan los cocineros o cocineras como se diferencian el vino de Jerez de los otros vinos, la espada de Toledo de las otras espadas y las aceitunas de Sevilla de las otras aceitunas. Ya sea por la manera especial y misteriosa de cortar las tajadas, ya por el temple del aceite, ya por la gran cantidad de líquido que contiene la tan oronda sartén, ya por el aroma que puedan prestarse nadando a un tiempo en el hirviente lago mojarras, lenguados, lisas, salmonetes, pescadillas y sardinas,(1) es lo cierto que el olor de la freiduría es incitante aperitivo, y que hay pocas cenas tan agradables como este pescado frito, regado con seis cañas de aromática manzanilla. (Y atestiguo con los señores socios del distinguido Casino Gaditano, que no me dejarán mentir).
(Continuará)
Frito gaditano, imagen tomada de wikipedia |
(1) En otra edición del cuento cambia la secuencia de pescados: ""mojarras, lenguados, besugos, dentones, lisas, salmonetes y pescadillas".