miércoles, julio 25, 2012

Thebussem (XXIII)


La Aduana de Cádiz, hoy Diputación Provincial, a comienzos del siglo XX

Baila-Bonita, un gaditanísimo y verídico cuento del Doctor Thebussem (5)

Libre, como dijimos, Baila-Bonita de su grillete, y hasta purificado para ser realista sin tacha, se amparó, mientras no hallaba ocupación, a la freiduría del Chato. Éste falleció a los pocos meses, y de la herencia alcanzó nuestro héroe unos diez o doce mil reales que le correspondieron en virtud de aquella ley de Partida que dice ser la gloria de quien la gana, y el dinero de quien lo agarra.

Con estos cuartos y con la gran protección que el señor intendente don Manuel Carranza dispensaba a la esposa de García,(1) logró éste “jincar el pico” (según él decía) en la Aduana con un destinillo subalterno, pero provechoso. No eran en aquella época modelos de honradez y probidad, como lo son hoy, los funcionarios encargados de percibir los derechos del fisco. Ahora ni los mercaderes dan ni los empleados toman dos, cuatro, diez, veinte o treinta onzas de oro de las de AUSPICE DEO IN UTROQUE FELIX.(2) Los antiguos fraudes y desórdenes se acabaron para siempre jamás amén. Nuestro indultado, a quien todos llamaban García-Bonita, juntando el nombre legítimo con el apodo, para diferenciarlo de otros Garcías miembros también de la Aduana, llegó a reunir algunos cuartos y a ser hombre de bien y Alférez de Voluntarios Realistas.

Semejantes pormenores biográficos se deben en parte a la curiosidad del célebre don Bartolomé José Gallardo, que en la colección de lápidas cacográficas tomadas del cementerio de Cádiz en 1844, y cuya nota original tengo a la vista, traslada una que, escrita sobre vidriado azulejo sevillano con fondo azul y caracteres negros, reza lo siguiente:



Traducida esta leyenda al romance, dice así: “Aquí yace D. Francisco García Bonita, primer oficial de Marchamo de la Aduana de Cádiz, y Alférez de Voluntarios Realistas. Llórale su viuda. Año de 1832, a tres de mayo”.

Dos hijas dejó don Francisco García-Bonita. En lo bonitas salieron a su madre, que era una real moza. Juana, la mayor, murió soltera. Paca, que nació en 1822, precisamente al año justo de hallarse su padre encerrado en Cuatro Torres, y de la cual fue padrino el señor Intendente, se casó en 1843 con un mercader de La Habana. Tuvo dos hijos que hoy viven, siendo activo comisionista el uno y virtuoso sacerdote el otro. Ambos suprimen el Bonita en su apellido materno, y del paterno claro es que no quiere acordarse ahora,


El Doctor Thebussem,

Medina Sidonia, año de 1891.



Escudo de oro de Carlos III. Imagen tomada de http://www.maravedis.net/carlos3.html 

Baila-Bonita fue publicado por vez primera en el Almanaque de La Ilustración de 1891 (pp. 77-81) y fue reeditado por el propio Thebussem en su Primera ración de artículos (1892, pp. 562-571)  con alguna ligera variante y con dedicatoria al Maestro Barbieri, su gran amigo compositor de famosas zarzuelas (Francisco Asenjo Barbieri, 1823-1894). 

(1) Sutil referencia a la relación sexual entre el intendente y la esposa de Baila-Bonita.
(2) "Felices en uno y otro mundo con el favor de Dios". Leyenda que aparece en el reverso del escudo de oro de ley acuñado en Sevilla y en varias cecas de América (Potosí, Guatemala, Lima...) durante el reinado de Carlos III. Véase la ilustración con que cerramos esta entrada.
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