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http://www.britishmuseum.org/research/search_the_collection_database/search_object_image.aspx |
El mito en las artes plásticas
Entre las representaciones más notables de la historia de Ártemis y Acteón en el mundo romano contamos esta escultura marmórea del siglo II d. C., probable copia de un conjunto helenístico, encontrada en la villa de Antonino Pío en el monte Cagnolo (Lazzio), que hoy guarda el British Museum. El joven, cubierto con la piel de un ciervo, muestra una incipiente cornamenta e intenta zafarse del ataque de sus perros. Restaurada en el siglo XVIII y adquirida por el museo en 1805, la rigidez del gesto y el cuello desentona bastante con el movimiento del cuerpo.
Como relieve decorativo encontramos nuestro asunto en sarcófagos, como en este frontón que sirve de cubierta a uno procedente de Tarquinia (Museo Arqueológico de Florencia) datado entre el 370 y 360 a. C.
O en urnas cinerarias, como ésta que se halla en el Museo Etrusco Guarnacci, de Volterra.
El Museo Nacional de Nápoles guarda una plaqueta de terracota de origen griego (isla de Melos probablemente) datada en el siglo V a. C., que formaba parte de una caja de madera empleada también como urna.
El mito de la diosa sorprendida durante su baño sirvió con frecuencia para la decoración de fuentes, peristilos y cubicula, ya en forma de mosaico ya en forma de pintura.
De entre los mosaicos destacan el de la Casa del cortejo de Venus de la ciudad de Volubilis (Marruecos), donde la diosa Ártemis-Diana aparece entrando en una especie de pila de agua que se desborda, surtida por una fuente con forma de grifo. Sobre la ninfa de la derecha, que se lava un pie, aparece la pequeña figura de Acteón, casi perdida. La obra es seguramente de la primera mitad del s. III d. C. (José María Blázquez Martínez, "Mosaicos de tema marino en Siria, Israel. Jordania, Norte de África, Hispania y Chipre", en web Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones).
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http://www.worldvisitguide.com/oeuvre/photo_ME0000137331.html |
Acteón devorado por sus perros aparece en un medallón de un mosaico del siglo III d. C. de la Casa de las Fuentes de Conimbriga (Portugal).
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Foto de Maria do Ceu Martins. http://www.flickr.com/photos/29804570@N08/5255111946/ |
En una fuente de Timgad (Argelia), de finales del siglo IV o comienzos del V, el artista representó el rostro del curioso Acteón reflejándose en el agua mientras Ártemis, sorprendida, cubría su sexo.
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http://terra.antiqua.free.fr/fleuves_lacs.htm |
En el cubiculum principal de la villa romana de Carranque (Toledo), construida en la segunda mitad del siglo IV, encontramos un mosaico donde se combinan en torno a la imagen central de una divinidad femenina los bustos de Diana, Atenea y Hércules (en las esquinas) y las escenas mitológicas que representan el rapto de Hilas, la historia de Aminoide y Neptuno, la de Píramo y Tisbe, y la que nos trae. Una cartela identifica este habitáculo como el dormitorio de Materno.
Ártemis en el baño, acurrucada cerca de una fuente, desnuda y provista de joyas y una diadema de perlas, rodeada de cuatro ninfas y sorprendida por Acteón, que aparece ya provisto de cuernos tras unos arbustos a la izquierda de la escena, es el motivo de uno de los mosaicos que guarda el Museo de Shahba (Siria) procedentes de la ciudad renombrada Philippopolis en el siglo III de nuestra era por el emperador Filipo el Árabe, originario de la región.
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http://www.aly-abbara.com/histoire/Mythologie/Grece/images/Artemis_Syrie_Chahba.html |
Entre las pinturas, probablemente sea la más destacada la que se encuentra en el jardín de la Casa de Salustio de Pompeya, de autor anónimo del siglo I d. C. Mural al fresco del llamado IV estilo, muestra dos escenas: la del joven que espía a la diosa desde lo alto de la gruta donde se halla la fuente en que ésta se está bañando, y la del ataque de los perros.
Una delicada pintura monócroma en verde, trasladada a las Reales Caballerizas de Portici en 1756 y hoy en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, presenta a Diana cazadora seguida de un perro acercándose a un santuario, del cual se aleja Acteón, sobre cuya cabeza ya despunta la cornamenta.
El Museo de Nápoles guarda también esta otra pintura mural procedente de Pompeya.
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