miércoles, diciembre 05, 2012

Thebussem (XXXIII)


Cabecera del número de La Ilustración en que se publicó por vez primera el escrito de Thebussem

Cómo se acabó en Medina el Rosario de la Aurora,
por el Doctor Thebussem (X)

He aquí cuanto he podido indagar relacionado con el asunto de que me ocupo. Han desaparecido las personas, las instituciones y los mármoles que con él se relacionaban, sin dejar reliquia ni memoria. Queda solamente lo más fugitivo, ligero e impalpable, o sea las diez palabras de la frase proverbial


SE ACABÓ COMO EN MEDINA
EL ROSARIO DE LA AURORA,


aplicada a los acontecimientos que finalizan de una manera escandalosa, alborotada o funesta.

¡Errores de la humanidad! ¡Juicios tan absurdos como el de la mona, que declaró amarga la nuez, fundándose en el sabor de la corteza!(1) La luz de la historia nos muestra que las verdaderas y legítimas consecuencias del Rosario de la Aurora fueron de júbilo, satisfacción y ventura, y la relumbrante antorcha de la filosofía nos dice, por boca del gran Sancho Panza, “que en este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos, apenas se halla cosa que esté sin mezcla de MALDAD, EMBUSTE Y BELLAQUERÍA”.(2)


EL DOCTOR THEBUSSEM(3)

(1) Así se cuenta en "La mona", fábula de Félix María de Samaniego.
Subió una mona a un nogal,
y cogiendo una nuez verde,
en la cáscara la muerde;
conque le supo muy mal.
Arrojola el animal,
y se quedó sin comer.
Así suele suceder
a quien su empresa abandona
porque halla, como la mona,
al principio qué vencer.
(2) Don Quijote de la Mancha, Parte II, capítulo 11.
(3) En Un triste capeo el artículo aparece firmado en "Londres, 10 de diciembre de 1883 años", típico embuste del autor.
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