Pintor y viajero
Franz Büchser, el retratista suizo de Thebussem, fue un hombre profundamente inquieto. Desde París, donde lo habíamos dejado junto al maestro Schnetz, marchó a Holanda y Bélgica, para acudir a la Academia de Amberes (1850-1852), y luego, a Grecia y Alemania. Entre 1852 y 1853 estuvo en España, donde adquirió cierta fama y adonde regresaría con frecuencia. Durante su estancia en Gran Bretaña en 1853 comenzó a interesarse por la pintura de paisajes, género que alternó con el retrato. De vuelta a España, pasó al norte de África (1857-1858). Allí desarrolló el gusto por el orientalismo, común entre los pintores de su generación. A su regreso, según escribe Íñigo Ybarra (p. 69), pintaría el retrato de Thebussem:
Recién terminada la campaña (la guerra entre España y Marruecos), y proveniente del Magreb, llega a Medina Sidonia el pintor suizo Franz Buschen (corr. Büchser). Muy en el estilo y gusto de la época, había recorrido el norte de África en busca de paisajes y tipismo con el que animar sus pinceles, se había encontrado con una guerra de por medio, y ahora desembarcaba en la costa española buscando descanso y algo de civilización. Mariano intimó con él, y entre paseos y tertulias encontrará tiempo para posar ante el pintor...
Imágenes: Callejón en Fez, 1858, colección privada; Grabado con la efigie del pintor, Die Weltwoche, 12/2010, p. 41.
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