Fragmento de un grabado de 1766 que representa a la Virgen de la Paz. Tomado de la revista Puerta del Sol, nº 7
La festividad de la Virgen de la Paz
La imagen de la Virgen de la Paz, venerada en el Convento de San Agustín, se convirtió en patrona de la ciudad de Medina Sidonia en 1802 por bula del papa Pío VII fechada el 20 de agosto del mismo año. Las gestiones comenzadas al efecto por acuerdo del Ayuntamiento de 3 de enero de 1800 y encargadas al síndico personero de ese año, don Joaquín Pareja y Cortés, tenían, por fin, su recompensa. De todo ello nos daba cuenta pormenorizadamente Enrique Hormigo Sánchez en su artículo "La devoción a la Virgen de la Paz en Medina Sidonia", Puerta del Sol, 7 (2003), 10-24.
El ilustrado Pareja volvió a ocupar el cargo de síndico en 1808, y su primer discurso ante el cabildo (8 de enero), en el que señaló las pautas que habían de seguirse para la corrección de los males que acuciaban a la municipalidad y para el progreso de la ciudad, terminó precisamente con una nueva propuesta sobre la patrona: que se señalase como festivo el día de la Virgen en el almanaque público y que se renovase la solicitud al Consejo de Castilla para dotar, a cuenta del fondo de propios, la celebración del 24 de enero. Evidentemente, el corregidor Manuel de Rada no encontró persona más apropiada que Pareja para redactar el escrito que había de remitirse a Madrid. El 6 de febrero, el síndico lo presentaba ante el cabildo para su aprobación.
Ese año de 1808, por el mes de mayo, se produjo una procesión extraordinaria de la patrona hasta la Iglesia Mayor con motivo de las rogativas públicas realizadas en la ciudad para celebrar el advenimiento al trono de Fernando VII. El Ayuntamiento invitó al pueblo a sumarse a los actos y él mismo presidió la solemne función en la que predicó el dominico Manuel Arenas.
Pero con la invasión francesa, el Consejo de Castilla vio interrumpida sus relaciones temporalmente con los pueblos del Reino de Sevilla, adheridos a la insurrección general proclamada por la Junta Suprema de Sevilla, y el asunto de la dotación no avanzaba. Pareja y Cortés, miembro también de la Junta Gubernativa de Medina Sidonia, no dudó en aprovechar su viaje a Sevilla, para felicitar a la Suprema Junta y al general Castaños por la victoria de Bailén, para solicitar ante el nuevo órgano de Gobierno los dineros para la Virgen. El 29 de noviembre se daba cuenta en el cabildo de que el propio Consejo de Castilla había concedido la asignación de 900 reales anuales para su función.
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