martes, agosto 25, 2009

José Emilio Pardo (XXIV)


Bandeja japonesa de maque de finales del siglo XIX
En el mercado chino de Batavia


La llegada de la Numancia a Batavia coincidió con las fiestas de celebración del nuevo año chino, así que Campon-Chiní, como conocían los marinos el barrio chino, estaba especialmente animado a comienzos de aquel febrero de 1867. Una especie de gran mercado o feria ocupaba todas sus calles. "En la principal -escribe José Emilio en su Diario- se colocan multitud de tiendas donde se venden objetos de Europa y de China. La afluencia de gente era extraordinaria, y tal la profusión de luces que parecía que el sol estaba fuera".
A nuestro marino le sorprendió gratamente la sección de flores, "semejante a un magnífico jardín":
Dalias, camelias, rosas, lirios de mil clases y colores, y árboles enanos, que apenas levantarían dos palmos, con granadas unos y con limones otros del tamaño de avellanas y en perfecta sazón y madurez, colocados en magníficas macetas de rica porcelana.
Junto a los bonsáis, se abría una espléndida colección de frutas:
Había plátanos de veinte y tantas clases, piñas, mangos, mangostanes, rambostanes, naranjas, limones, etc., en grandes cantidades; y seguían hortalizas y legumbres con la misma abundancia y en la misma variedad.
No menos llamativas eran las tiendas de tejidos y sedas, de calzados, de "papeles pintados a la chinesca", de ferretería y loza. Sin duda, era el mejor sitio para comprar un "recuerdito" para la familia de Medina..., ¡y qué suerte no tener que cargar con la compra hasta el hotel y poder seguir paseando desembarazado durante el resto de la noche!
Allí teníamos que andar a empujones. Veíanse trajes de todas partes del mundo: en una de las tiendas había damas holandesas comprando ahuecadores, y una mestiza china probándose unas chinelas, mientras que un árabe y un siamés quemaban pastillas de olor para cerciorarse de su calidad. Yo compré unas bateas de maque japonés, y al recogerlas noté que por detrás de mí me las arrebataron de las manos. Volví la cara en busca del ladrón, y me hallé con Mo-Haly, que no me había perdido de vista en aquel bullasco. Es admirable la paciencia de estos malayos para seguir a sus amos sin dejarlos ni a sol ni a sombra.
La palabra "maque" (del japonés, makie) designa un tipo especial de lacado japonés en que intervienen barnices de oro y plata en el dibujo de las figuras. El verbo "maquear" no significa pues, en principio, sino adornar muebles, utensilios u otros objetos con pinturas o dorados, usando para ello el maque. Pero las imitaciones "maquearon" impropiamente toda clase de cachivaches sin emplear los elementos originarios de la técnica. ¡Y cuántas veces hemos oído a nuestros padres decir que "se maqueaban" a la última antes de salir el sábado por la noche a buscar chicas.

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