domingo, febrero 22, 2009

Thebussem (IV)





"Thebussem, bibliógrafo asidonense"


Diario de Jerez, 23-04-2005
Jesús Romero Valiente


Quienes pretendan acercarse a la historia de la ciudad de Medina Sidonia, ya hurgando en archivos casi inexplorados –son excepcionales los trabajos de E. Hormigo, Rodríguez Liáñez-Anasagasti o A. Benítez Barea–, ya revisando la bibliografía existente –sólo aumentada de manera sustancial en los últimos años–, cuentan con la inestimable ayuda de los artículos y pequeñas monografías de Mariano Pardo de Figueroa. El Doctor Thebussem, que lo era desde 1854 en Derecho Civil y Canónico, había declinado la propuesta del Marqués de Molins y de A. Cánovas del Castillo, a la sazón Gobernador de Cádiz, de escribir la Historia de Medina Sidonia alegando que “carecía de estudios y conocimientos necesarios para trazar , con arreglo á las condiciones que hoy se piden á tal clase de obras”. ¡Admirable la modestia de quien fue nombrado miembro de la Real Academia de la Historia en 1861! En realidad, en esos mismos años su amigo J. M. Enrile estaba revisando los manuscritos de la historia de la ciudad compuesta años atrás por el vicario Francisco Martínez y Delgado, obra que sería publicada con las anotaciones pertinentes en 1875 y que durante mucho tiempo cubriría las expectativas de investigadores y curiosos. Sin embargo, Thebussem contaba con la más rica biblioteca de su tiempo y los más completos “ficheros” sobre su ciudad, pues desde el mencionado encargo había adquirido, según nos dice, “el inocente vicio, convertido después en dolencia crónica, de reunir libros y papeles medineses”. En 1909 daba cuenta de ello en Notas bibliográficas de Medina Sidonia (Madrid, Suc. de Rivadeneyra), catálogo en el que se combinan referencias básicas –aunque Thebussem decide omitir, “por ser harto conocidos”, los textos relativos a la situación geográfica de Ásido y las reseñas superficiales de diccionarios y guías– con futilidades de interés local. Precede al preámbulo la dedicatoria de la obra a su amigo Menéndez y Pelayo: “Reconozco que nada de bueno ni de nuevo contiene el presente librillo, y que dedicar á usted semejante futesa, va tan fuera de camino como remitir tabacos á Cuba, sal á Torrevieja ó mármoles á Carrara...” Siguen al índice una breve noticia sobre la localidad y las distintas partes de la obra. La primera, que da título al trabajo, agrupa la bibliografía sobre Medina en los siguientes apartados: historia (entradas 1-12, a veces incluyen citas textuales); legales y forenses (13-17, sobre documentos); duques de Medina Sidonia (18-31, reseñas de artículos y libros que Thebussem había publicado sobre el tema); sermones, novenas, estampas y asuntos religiosos (32-58); hermandades y cofradías (59-72, incluye desde datos sobre la Sociedad Económica de Amigos del País hasta el Reglamento del Casino); tierras (73-76, estudios sobre los Repartimientos o el catastro); planos y dibujos (77-88, sobre la ciudad, su término, las fortificaciones); establecimientos de instrucción y otras fundaciones (89-92, papeles referentes a colegios); biografías, heráldica y genealogías (93-103); política y administración (104-112, hojas sueltas y panfletos que informan sobre la lucha de partidos a finales del XIX); poesías y periódicos (113-121); y varios (122-133, donde destaca la referencia a la enorme colección de papeles agrupados en doce volúmenes que Thebussem poseía: cartas reales, inventarios de armas, padrones, antiguas inscripciones, contratos de venta de esclavos, contratos de comediantes...). En apéndices el autor transcribe algunos de los más notables documentos del Archivo Municipal de Medina Sidonia e informa sobre la clasificación del Archivo de la Iglesia de Santa María. Para mitigar la aridez del contenido, Thebussem reúne en la segunda parte del libro algunos de sus recientes escritos; y en la tercera, una serie de cien jeroglíficos. En 1910 se publica Añadidura á Notas bibliográficas... (Madrid, Suc. de Rinadeneyra), que precisamente comienza con un resumen de la obra anterior, con la que comparte disposición. Se contienen aquí los últimos trabajos del erudito, por ejemplo, la transcripción del privilegio en el que Pedro I declara realenga la villa de Medina Sidonia o en el que Enrique IV la intitula Ciudad, más datos sobre el Archivo de Santa María, una relación del caserío noble de la ciudad, etc.

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